Auditorías internas en BPF: cómo implementar autoinspecciones efectivas en la industria farmacéutica
Las auditorías internas, también conocidas como autoinspecciones, son un pilar esencial del Sistema de Gestión de la Calidad en la industria farmacéutica. Su función va más allá del cumplimiento normativo: permiten evaluar la eficacia de los procesos, detectar desviaciones y asegurar que las operaciones se mantienen alineadas con las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF). Una estrategia sólida de autoinspecciones fortalece la calidad del producto, reduce riesgos regulatorios y promueve la mejora continua.
Las auditorías internas son evaluaciones sistemáticas realizadas dentro del propio establecimiento farmacéutico para verificar el cumplimiento de las BPF y del Sistema de Gestión de la Calidad. A diferencia de una auditoría regulatoria, su objetivo es interno: diagnosticar, corregir y mejorar.
Estas autoinspecciones deben ser ejecutadas por personal independiente al área auditada, garantizando objetividad y una evaluación imparcial. En algunos casos, pueden incluir la participación de auditores externos para aumentar la especialización o reforzar la transparencia del proceso.
En un sector donde la calidad está directamente vinculada con la seguridad del paciente, las autoinspecciones se convierten en un mecanismo proactivo para prevenir desviaciones, identificar brechas operativas y asegurar la integridad de cada lote fabricado.
Además:
- Permiten detectar riesgos antes de una auditoría sanitaria.
- Contribuyen al fortalecimiento del sistema CAPA.
- Aseguran que cada área opera conforme a los estándares regulatorios aplicables.
- Fomentan la cultura de calidad y la responsabilidad transversal en toda la planta.
Garantiza transparencia, objetividad y evaluación imparcial.
Debe definir el alcance, la frecuencia y los criterios de evaluación. Usualmente se estructura de manera anual, alineado a riesgo.
El programa debe abarcar procesos críticos como producción, control de calidad, validaciones, almacenamiento, distribución, documentación, entre otros.
Toda auditoría debe quedar documentada en informes formales donde se registren observaciones, evidencias objetivas, clasificación del hallazgo y recomendaciones de mejora. Las medidas deben registrarse en el sistema CAPA.
El personal involucrado debe recibir retroalimentación oportuna para reforzar la cultura de calidad y asegurar el cierre efectivo de hallazgos.
• Definir criterios de auditoría basados en normativas NOM-059, OMS, FDA o ICH.
• Capacitar periódicamente a los auditores.
• Utilizar listas de verificación alineadas a procesos reales.
• Evaluar la eficacia de las acciones CAPA previas.
• Priorizar áreas con históricos de desviaciones.
• Analizar tendencias anuales de hallazgos.
• Fomentar una cultura proactiva orientada a mejora continua.
Las auditorías internas son una herramienta clave para garantizar el cumplimiento de BPF y consolidar un Sistema de Gestión de la Calidad sólido en la industria farmacéutica. Implementar autoinspecciones efectivas permite anticipar riesgos, mejorar procesos y asegurar la calidad del medicamento desde su origen.
Cargando...